El Sendero

Los almendros se mecían con una suavidad única, como si bailaran con el sonsonete del viento que anunciaba los comunicados de Gaia. En ese momento dos jóvenes recorrían el sendero de los almendros percibiendo inconscientemente estos acontecimientos, sin saber porque comenzaron a bailar lentamente mirándose mutuamente y siento algo en ellos distinto, una sensación de unidad con el todo algo inexplicable.

Desde lo alto del valle se aproximo el viejo ermitaño, observo atentamente lo que sucedía en el sendero, lo que ocasiono que su se rostro se iluminara con una hermosa sonrisa, sintió unas ganas de poder hablar, algo que había dejado de hacer hace muchos años con mucho esfuerzo soplo en el viento que se dirigía hacia los dos jóvenes lo siguiente:

“Quizás no puedan oírme ni saber que estoy presenciándolos pero si se que pueden sentirme dentro de sus corazones y eso es porque están descubriendo el lenguaje del universo que trasciende culturas, edades, épocas, especies etc. Por esa ese motivo están bailando al compás de la madre tierra, gracias a esto pueden presenciar la totalidad de las cosas aunque sea por pocos segundos, esto es el amor no solo una palabra sino millones dentro de ella. Ya saben por donde empezar a buscar su fin último la dicha eterna los espera dieron el primer paso hora nadie los detendrá quiero ver hasta donde pueden llegar”

El viento soplo mas fuerte aun que de costumbre las hojas de los árboles formaban figuras alrededor de los jóvenes, los cuales sentían en su corazón una fuerza y tranquilidad inamovibles que recorrían sus entrañas como si tuvieran un gran camino por delante pero eso los ponía ansiosos dispuestos porfin a asumir su destino porque por fin habían encontrado un causa por la cual luchar para toda la vida.